miércoles, 9 de julio de 2014

El hombre y la Modernidad

 En la modernidad el hombre comenzó a rescatar su bien merecida libertad. Con la posmodernidad, por un hombre agobiado  por la excesiva información. Ser es simplemente lo que les pasa, y hay que aprovechar lo útil que tiene, con cierta ironia, sin tomar la vida muy en serio, sabiendo que soñamos pero hay que seguir soñando. Es la era que trae beneficios tecnológicos para todos.  Ante la destrucción de la naturaleza por parte de algunos versus el reclamo emotivo de los conservacionistas.  Una economía de consumo y un sistema de información globalizado.

El hombre postmoderno comienza a sentir que el proyecto moderno es muy arduo y no lo acepta más diciéndose: dejemos la roca abajo y disfrutemos de la vida ya que ésta es muy corta para desperdiciarla así se abandonan entonces los ideales y se decide disfrutar del presente con una actitud despreocupada. Es el tiempo del “YO”.

Tras la pérdida de confianza en los proyectos de transformación de la sociedad piensa que sólo cabe concentrar sus esfuerzos en la realización personal. Lo importante es conseguir dinero, mucho dinero, no importa como; disfrutar la vida al máximo; mantenerse lo mejor posible. Aún la familia pasa a un segundo lugar.

El símbolo de esta época es Narciso, el hombre enamorado de si mismo que deja transcurrir su tiempo admirando su imagen en la fuente.

Los medios de comunicación, en gran medida, son los responsables de estas transformaciones ya que ellos han permitido la salida a la superficie de las voces de todas las culturas, con sus diferencias de perspectiva de los hechos que permiten conocer al momento las tremendas dificultades de millones de personas para sobrevivir en el mundo actual, o las terribles perversiones de otros que con un gran monto de agresividad nos asaltan diariamente desde las pantallas del televisor, los diarios y la radio. Aparece el “esto no se arregla más, no me concierne, no puedo hacer nada,…”, siendo la juventud fundamentalmente la que se ve arrastrada en esta manera de sentir al considerarse aislados e incomprendidos al tiempo que no comprenden tampoco lo que está pasando y tratando de diferenciarse transgreden y desdeñan las normas de la sociedad.  La violencia que se ve en el cine, la televisión, Internet, y también en la calle se suma a una educación familiar cada vez más  devaluada.



                                                                                                                                         Micaela Barton




              


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